El perro vagabundo: un cuento sobre la rumiación mental
En este artículo comparto y comento un cuento de Ramiro Calle titulado “El perro vagabundo”. La historia ilustra cómo la mente puede quedarse enganchada a pensamientos que nos desgastan, igual que el perro sigue royendo un hueso seco creyendo que se alimenta. A partir del relato hablo de rumiación mental y de cómo una práctica sencilla de meditación, unos minutos al día, puede ayudarnos a reconocer y soltar esos pensamientos parásitos y perturbadores, acercándonos a un mayor bienestar mental y emocional.
Hoy comparto un cuento de Ramiro Calle que utilizo a menudo para explicar cómo funciona la rumiación mental. Es una historia sencilla, pero describe con gran claridad cómo la mente puede quedarse enganchada a pensamientos que solo nos hacen daño.
Era un perro vagabundo que se encontró con un hueso muy viejo, pelado y totalmente seco. Ensimismado, comenzó a roerlo, y entonces, una de las esquirlas le hizo una herida en la boca, de la que comenzó a manar abundante sangre. El perro, degustando su propia sangre, creía que era un hueso reciente y que le estaba sacando una provechosa sustancia. Roía y roía el hueso, sintiéndose muy feliz por el revitalizante y sabroso jugo que estaba extrayendo del mismo, y pensando que estaba nutriéndose convenientemente.
La rumiación mental: enganchados a los pensamientos
En este cuento, el perro representa la mente y el hueso representa nuestros pensamientos. Muchas veces nos quedamos enganchados a ideas que creemos “importantes” o “útiles”, cuando en realidad solo nos desgastan. Damos vueltas y más vueltas a lo mismo, y confundimos ese mascar constante que es la rumiación mental con algo provechoso.
La práctica regular de la meditación nos ayuda a distinguir entre pensamientos útiles y pensamientos dañinos. Con el tiempo empezamos a comprender qué pensamientos nos restan energía, nos desequilibran y nos hacen sufrir, y cuáles nos orientan hacia un presente más luminoso. Al alcanzar ese punto, se hace más sencillo soltar los pensamientos que hieren y elegir el silencio o los pensamientos que nos elevan en lugar de seguir royendo, una y otra vez el mismo hueso seco.
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